CORTOS DE ANIMACIÓN |
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TITULO: EL VENDEDOR DE HUMO |
RESUMEN DE LA HISTORIA |
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Un vendedor ambulante llega a un pueblo ofreciendo una extraordinaria mercancia: hacer realidad los sueños de sus habitantes, eso si, por una módica cantidad. Pero los lugareños no tienen tiempo para fantasear, más ocupados en sus quehaceres. |
TITULO DOS TOMATES Y DOS DESTINOS |
RESUMEN DE LA HISTORIA |
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Agronegocio y soberanía alimentaria se cittan a ciegas en esta historia. Nitrofosfato de azufre al 12% o estiercol, uniformidad o diversidad, grandes distancias o consumo local, producción campesina o producción industrial, ketchup o pisto manchego. |
TITULO ACADEMIA ESPECIALISTAS |
RESUMEN DE LA HISTORIA |
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Miguel Gallardo, padre de una persona con autismo, afirma:" Es una pequeña historia para que todos nos sintamos orgullosos de las habilidades de nuestros hijos y de como suplen sus problemas y su discapacidad con imaginación e inteligencia". |
TITULO BEER BUG |
RESUMEN DE LA HISTORIA |
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Joe regenta una vieja gasolinera al borde de la carrretera, cuando decide tomarse un descanso para tomar una cerveza. Sus esfuerzos en disfrutar de la bebida fracasan porque alguuien le está robando. |
TITULO OXIGANTE |
RESUMEN DE LA HISTORIA |
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Un gigante lleva a una niña en su coracón. Su corazçon es como una gran ventana desde donde la niña descubre y entiende el mundo en que vivimos....Un día ella tendrá que irse. |
TITULO AI GUAN TU BILIF |
RESUMEN DE LA HISTORIA |
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Un cabrero obsesionado por los ovnis inventa una antena para poder contactar con ellos y así conseguir una prueba de su existencia. |
TITULO L`EQUIP PETIT |
RESUMEN DE LA HISTORIA |
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Lèquip petit es la historia de un equipo de futbol que nunca había ganado. Ni siquiera había marcado un gol. Los jugadores soñaban en conseguirlo algún día. |
Una cocina industrial sin un sistema de extinción automática bien revisado es como un teatro sin salidas de emergencia: un riesgo innecesario. En estos tiempos en los que la seguridad se ha convertido en el eje transversal de toda infraestructura pública o privada, especialmente en sectores como la hostelería, la revisión periódica de los sistemas contra incendios deja de ser una recomendación para convertirse en una exigencia técnica, legal y moral.
El fuego no avisa. Y en una cocina industrial, donde convergen altas temperaturas, grasas inflamables, electricidad, combustibles y actividad frenética, el peligro está servido. Por eso, los equipos automáticos de extinción de incendios no solo deben estar presentes, sino perfectamente operativos. Aquí no valen las excusas, porque lo que está en juego no es solo un local, sino vidas humanas, empleos y estructuras enteras.
En ese contexto, revisar con regularidad estos sistemas no es una cuestión de burocracia, sino de supervivencia. Los expertos coinciden: la revisión debe hacerse al menos una vez al año, aunque la frecuencia puede incrementarse dependiendo del tipo de cocina, el volumen de trabajo, la normativa autonómica y los informes de mantenimiento.
Por eso, si estás al frente de un restaurante, comedor colectivo o instalación con cocina profesional, deberías empezar por consultar a técnicos certificados y asegurarte de que el sistema cumple con la UNE 23510 y con el Reglamento de Instalaciones de Protección Contra Incendios (RIPCI).
La necesidad de implementar y revisar estos sistemas se ha vuelto más evidente en toda España, como también lo demuestra el aumento en la demanda de servicios especializados de sistemas de extinción automática en cocinas.
Los sistemas automáticos de extinción, como los basados en agentes químicos húmedos, están diseñados para detectar y sofocar incendios en segundos. Pero su efectividad se reduce drásticamente si no están en perfecto estado. Un inyector obstruido, un detector mal calibrado o una boquilla sucia pueden ser la diferencia entre una falsa alarma y una tragedia.
Durante la revisión anual —o semestral en instalaciones de alto riesgo— se deben analizar aspectos como:
Además, se debe emitir un informe técnico firmado por una empresa autorizada, que quedará registrado para futuras inspecciones de seguridad.
En muchas ocasiones, estos sistemas han evitado el colapso completo de locales gracias a una simple actuación de mantenimiento preventivo. Es ahí donde entra en juego la inversión inteligente: revisar es infinitamente más barato que reconstruir.
Y por supuesto, cuando hablamos de cocinas industriales modernas, no puede obviarse el peso de la especialización. Contar con asesoramiento experto en sistemas de extinción cocinas garantiza no solo la instalación, sino la continuidad operativa sin sobresaltos.
La ley no se anda con rodeos. El RIPCI, aprobado por el Real Decreto 513/2017, establece la obligación de realizar revisiones trimestrales, semestrales o anuales, según el tipo de sistema y el agente extintor empleado. En el caso concreto de cocinas industriales, la revisión anual mínima se convierte en requisito ineludible. Ignorarla puede conllevar sanciones económicas, clausuras temporales o incluso inhabilitación de la actividad comercial.
Además, muchas aseguradoras exigen la constancia documental de estas revisiones para hacer válidas las pólizas en caso de siniestro. Es decir, una omisión puede implicar no solo una sanción municipal, sino también una ruina financiera.
Todo esto demuestra que no basta con tener un sistema instalado. Lo crucial es que funcione, y para eso hace falta revisión, seguimiento y profesionalidad. Y, por supuesto, mantenerse actualizado a través de recursos fiables como esta información sobre cocinas industriales.
Los titulares no mienten: “Un conato de incendio controlado en segundos gracias al sistema automático de extinción”, “El fuego se inició en la freidora, pero fue contenido antes de que alcanzara los conductos de extracción”… estos ejemplos abundan en medios locales y nacionales.
En muchos de estos casos, lo que marcó la diferencia no fue la suerte, sino el cumplimiento riguroso de los protocolos de mantenimiento. Un sistema correctamente revisado responde con eficacia. Uno en mal estado simplemente no responde.
Es lo que ocurrió recientemente en un conocido comedor escolar del norte de España, donde la grasa acumulada en una campana estuvo a punto de desencadenar un incendio de gran magnitud. Por fortuna, el sistema automático, recién revisado, se activó en cuestión de segundos y evitó la propagación. Las clases siguieron al día siguiente con normalidad. Sin evacuaciones, sin pérdidas.
La frecuencia puede variar según el entorno, pero como norma general:
Además, se recomienda una revisión extraordinaria tras cualquier modificación en el espacio de cocina o en los conductos de ventilación, así como después de cualquier conato de incendio, por pequeño que haya sido.
No hay negocio sin seguridad. Y en el mundo de la restauración y la alimentación colectiva, eso comienza en la cocina. Revisar un sistema de extinción automática no es un gasto, sino una inversión directa en estabilidad, reputación y tranquilidad.
Hacerlo con la periodicidad adecuada, con empresas certificadas y con los conocimientos técnicos actualizados, es una obligación que todo gestor responsable debería asumir sin titubeos.
Porque cuando el fuego aparece, no hay tiempo para improvisar. Solo queda confiar en que lo que debió revisarse… lo fue.